Seychelles
Al noreste de Madagascar, en el océano Índico encontramos este conjunto de ciento quince islas de granito y coral. Frondosos bosques e infinitas playas de belleza atemporal que reciben a un cálido océano azul esmeralda.
Seychelles puede presumir de tener dos enclaves únicos declarados Patrinonio de la Humanidad por la Unesco: el Atolón de Aldabra y la Reserva Natural del Valle de Mai. Aldabra es el atolón coralino más grande del mundo, formado por cuatro islas de coral rodeadas a su vez por un arrecife. Su difícil acceso lo ha convertido en el refugio de más de cien mil tortugas gigantes. El Valle de Mai, situado en la pequeña isla de Praslin, alberga un bosque natural de palmeras donde crece el ‘coco de Mer’ o coco doble. Es el fruto de una palmera que hace muchos años se pensó que crecía en el fondo del mar y es también, según algunas leyendas, la fruta prohibida del Jardín del Edén.
Un antiguo paraíso de piratas con infinidad de tesoros por descubrir.